Retorno anormal es un término utilizado para referirse a la diferencia entre el rendimiento esperado de un activo y su rendimiento real. Por lo general, se calcula tomando la proporción de rendimientos anormales durante un período de tiempo, generalmente un año, dividida por la tasa libre de riesgo de mercado. Los rendimientos anormales generalmente se consideran positivos o negativos dependiendo de si superan o no lo esperado.
Los rendimientos anormales positivos ocurren cuando el desempeño real de un activo excede las expectativas, mientras que los rendimientos anormales negativos ocurren cuando no las cumple. Esta medida puede resultar útil para los inversores que quieran tomar decisiones informadas sobre qué activos tienen un buen potencial para generar altos rendimientos con un riesgo mínimo. Por ejemplo, si un inversor ha identificado una acción que constantemente produce rendimientos superiores al promedio en comparación con otras acciones similares en su industria, entonces puede valer la pena invertir en ella porque ha demostrado un rendimiento superior al promedio en comparación con sus pares y, por lo tanto, presenta menos riesgo que otras. opciones disponibles en ese sector.
El cálculo del rendimiento anormal suele ser complicado ya que hay muchos factores, como las condiciones económicas y los movimientos dentro de los mercados financieros, que deben tenerse en cuenta para determinar con precisión esta cifra. Además, diferentes tipos de inversiones requieren enfoques diferentes al calcular sus respectivos rendimientos anormales; estos incluyen flujos de efectivo de acciones y bonos, ingresos por dividendos de fondos mutuos, distribuciones de ganancias de capital de fondos cotizados en bolsa (ETF), etc. Como tal, es importante que los inversores que buscan estas inversiones comprendan cómo se debe analizar cada tipo antes de realizar cualquier inversión. decisiones basadas únicamente en esta métrica.
