Organización de Cooperación de Shanghai (OCS)
La Organización de Cooperación de Shanghai (OCS) es una organización intergubernamental fundada en 2001 y con sede en Beijing, China. Está compuesto por ocho estados miembros, incluidos Rusia y China, así como por cuatro estados observadores de Asia Central, la región del Cáucaso y Afganistán. El propósito de la OCS es promover la cooperación económica entre sus miembros a través de diversos proyectos como exploración y desarrollo energético, construcción de infraestructura de transporte, medidas de facilitación del comercio para pequeñas y medianas empresas, entre otras cosas. Además, sirve de plataforma para el diálogo de seguridad regional sobre temas como el terrorismo y el tráfico de drogas.
Historia
La OCS se estableció tras la firma del acuerdo de los “Cinco de Shanghai” entre Kazajstán, Kirguistán, Rusia, Tayikistán y Uzbekistán en 1996 con el objetivo de resolver las disputas fronterizas que surgieron desde que estos países surgieron de la ex Unión Soviética. En 2001, este acuerdo se amplió para incluir a China, momento en el que pasó a ser conocido como Organización de Cooperación de Shanghai (OCS). India se unió poco después, seguida por Pakistán más recientemente en 2017, con Irán como observador desde 2005, pero aún sin ser miembro pleno debido a las sanciones impuestas por los países occidentales contra Teherán.
Estructura y procesos de toma de decisiones
La OCS tiene dos órganos permanentes: 1) El Consejo de Jefes de Estado, que consiste en una cumbre que se celebra anualmente donde se toman decisiones políticas; 2) El Consejo de Coordinadores Nacionales, que se reúne trimestralmente para discutir asuntos técnicos relacionados con las actividades de implementación dentro de cada país respectivo junto con la coordinación entre todos ellos. Las decisiones se toman por consenso o por mayoría de votos dependiendo de si se refieren a asuntos internos o externos respectivamente, según las reglas establecidas en su documento de estatuto aprobado por los ocho miembros durante su primera reunión juntos en 2002 en el salón del Palacio del Kremlin de Moscú.
Beneficios y desafíos
Un beneficio asociado con ser parte de esta organización es el acceso a recursos financieros que pueden usarse para diversos proyectos que van desde instalaciones de producción de energía, inversiones en infraestructura de transporte a gran escala como ferrocarriles, etc., iniciativas de mejora de habilidades dirigidas a poblaciones jóvenes en diferentes sectores y mucho más. Esto ayuda a fomentar mayores vínculos económicos entre los países miembros, acercándolos hacia el logro de una mayor integración en los mercados de los demás, aumentando así los niveles de prosperidad mutua con el tiempo. Al mismo tiempo, también se pueden enfrentar desafíos al abordar negociaciones complejas sobre ciertos temas, especialmente aquellos que involucran diferencias políticas, que potencialmente podrían descarrilar el progreso si no se abordan adecuadamente. Por ejemplo , los desacuerdos sobre la mejor manera de manejar las amenazas a la seguridad que plantean los grupos terroristas dentro de las áreas de Asia Central han sido puntos de discordia constante durante la última década, lo que ha generado cierta preocupación sobre la estabilidad futura a nivel regional.
