Rusia, China e India son tres de los países líderes del mundo en lo que respecta a criptomonedas. Los tres han tomado medidas para regular el uso de criptomonedas dentro de sus respectivas fronteras, pero a diferentes niveles.
En Rusia, ningún organismo gubernamental considera que las criptomonedas sean moneda de curso legal y aún no existen regulaciones o leyes sobre su uso. Sin embargo, en los últimos años los legisladores han presentado varias propuestas que sugieren que pronto se implementará un marco más oficial para regular el sector. El gobierno ruso también ha expresado interés en lanzar su propia moneda digital nacional, el CryptoRuble, que podría abrir nuevas oportunidades para inversores y empresas que operan en Rusia.
China fue uno de los primeros países en regular las monedas virtuales como Bitcoin a través de su banco central en 2013, prohibiendo a los bancos tratar con ellas directamente. Desde entonces, las autoridades chinas han intensificado sus esfuerzos para reprimir las actividades de comercio de criptomonedas dentro de China continental, pero recientemente anunciaron planes para lanzar una moneda digital respaldada por el estado llamada DCEP (Pago electrónico en moneda digital). Esta medida sugiere que China podría estar abriéndose a las criptomonedas una vez más como instrumento financiero regulado oficialmente.
India es otro país donde las criptomonedas siguen sin estar reguladas en gran medida a pesar del gran interés público en invertirlas y comercializarlas. En 2018, el gobierno indio propuso un proyecto de ley conocido como “Proyecto de ley de prohibición de las criptomonedas y regulación de las monedas digitales oficiales”, que prohibiría todas las criptomonedas privadas y al mismo tiempo permitiría a ciertas entidades autorizadas, como bancos y casas de cambio, ofrecer servicios relacionados con las monedas digitales emitidas por los bancos centrales o los gobiernos. ellos mismos. Aunque este proyecto de ley aún no se ha convertido en ley, indica la intención de la India de adoptar una postura más firme contra las criptomonedas privadas y al mismo tiempo acoger aquellas respaldadas por instituciones oficiales.
