Los ordinales son un tipo de estructura de datos utilizada en criptomonedas. Permiten ordenar elementos dentro de un sistema sin depender de estructuras externas, como marcas de tiempo o ID, que podrían estar sujetos a manipulación. Los ordinales proporcionan una forma eficaz para que los usuarios realicen un seguimiento de las transacciones y otros eventos en orden cronológico, incluso cuando no existe una autoridad central que los administre.
Un ordinal consta de dos partes: una clave y un valor. La clave suele ser algún tipo de hash o firma criptográfica que identifica de forma única cada elemento dentro del sistema, mientras que el valor suele ser un número incremental que indica su posición en relación con otros elementos con la misma clave. Esto permite ordenar cronológicamente todas las operaciones realizadas con estos elementos comparando sus valores; si un elemento tiene un valor mayor que otro, significa que fue creado después del primero.
Un caso de uso común para los ordinales es la asignación de números de transacción en redes blockchain como Bitcoin y Ethereum, donde cada transacción debe tener un identificador único para que los nodos puedan realizar un seguimiento adecuado sin que aparezcan duplicados en diferentes cadenas a la vez (lo que podría causar duplicaciones). gasta). Al utilizar ordinales en lugar de métodos tradicionales como marcas de tiempo o números de secuencia, los mineros pueden verificar fácilmente qué transacciones se emitieron primero simplemente mirando sus valores sin tener que buscar información adicional de fuentes externas.
Además de las criptomonedas, los ordinales también se utilizan en sistemas distribuidos como bases de datos y colas de mensajes, donde brindan beneficios similares a los descritos anteriormente: permitir a los nodos ordenar eventos cronológicamente independientemente de quién los generó o en qué reloj se ejecutan.