La codificación de imágenes es el proceso de transformar imágenes digitales en un flujo de bits que puede almacenarse o transmitirse. Implica tanto la compresión como el cifrado de imágenes, que se utilizan para reducir el tamaño del archivo y proteger los datos del acceso no autorizado. La codificación de imágenes se ha vuelto cada vez más importante en los últimos años a medida que más personas utilizan medios digitales para comunicación, almacenamiento y transmisión.
El tipo más común de codificación de imágenes es la compresión con pérdida, que reduce la calidad de una imagen pero también la reduce en tamaño. Esto se hace eliminando datos innecesarios, como información de color o píxeles redundantes. La compresión sin pérdidas no sacrifica ningún detalle para reducir el tamaño del archivo; en su lugar, utiliza algoritmos para identificar patrones dentro de una imagen para que puedan codificarse de manera más eficiente sin perder ningún dato.
Otra forma de codificación de imágenes es la esteganografía, en la que se incrustan mensajes ocultos en un archivo de imagen de apariencia normal utilizando herramientas de software especializadas o técnicas manuales como el desplazamiento de píxeles. Los mensajes esteganográficos suelen contener información privada, como contraseñas o archivos de texto cifrados, y sólo pueden decodificarse con la clave o el algoritmo correcto.
Por último, la criptografía también se puede utilizar para codificar imágenes de modo que permanezcan seguras durante la transmisión a través de redes como Internet. Los algoritmos de cifrado codifican todos los bits de un archivo determinado para que nadie pueda leerlo excepto aquellos a quienes se les ha proporcionado una clave secreta (o contraseña). La criptografía garantiza que nadie más tendrá acceso a sus datos confidenciales, incluso si logran interceptar el tráfico de su red mientras envía imágenes confidenciales en línea.
