Paquete de estímulo
Un paquete de estímulo es una política económica implementada por los gobiernos para estimular sus economías durante una recesión u otro período de lento crecimiento económico. Los paquetes de estímulo suelen implicar el uso de políticas fiscales y monetarias, como recortes de impuestos, gasto adicional en proyectos de obras públicas, subsidios y garantías de préstamos. Los gobiernos también pueden ofrecer incentivos a las empresas para fomentar la inversión y la contratación.
La pandemia de coronavirus ha provocado un debate generalizado sobre cómo deberían responder los gobiernos con paquetes de estímulo para ayudar a sus ciudadanos a afrontar el impacto económico de la crisis. En marzo de 2020, por ejemplo, el gobierno de Estados Unidos aprobó un paquete de ayuda de $2 billones –conocido como Ley CARES– que incluye pagos directos a individuos, beneficios de desempleo ampliados y préstamos para pequeñas empresas afectadas por el COVID-19. La Unión Europea también ha propuesto su propio fondo de recuperación de 750.000 millones de euros en respuesta a los efectos de la pandemia en su economía.
Las criptomonedas se han vuelto cada vez más populares desde su creación hace unos 10 años debido a su naturaleza descentralizada y su potencial de aceptación global sin depender de redes bancarias tradicionales o control gubernamental sobre los niveles de oferta monetaria. Como tal, muchos usuarios ahora están recurriendo a las criptomonedas como una clase de activo alternativa cuando llega el momento de invertir en tiempos de incertidumbre económica. Si bien las criptomonedas no están incluidas explícitamente en la mayoría de los paquetes de estímulo, todavía se puede considerar que ofrecen cierto grado de protección contra shocks financieros a través de una mayor diversificación fuera de los mercados tradicionales. Esto es especialmente cierto dado que las monedas digitales no dependen de la fortaleza o estabilidad monetaria de ningún país en particular; más bien, se basan en un algoritmo de consenso de red global diseñado específicamente para que ninguna entidad pueda manipular los precios artificialmente. Además, muchos bancos centrales importantes ya han expresado su apoyo a invertir en activos digitales este año, incluidos los de Japón, China, Canadá y Singapur, lo que los convierte en una opción atractiva para los inversores que buscan seguridad frente a la volatilidad en estos tiempos de incertidumbre.
