Un protocolo es un conjunto de reglas y convenciones que gobiernan el comportamiento de dos o más entidades cuando se comunican entre sí. En el contexto de las criptomonedas, los protocolos se utilizan para definir cómo se validan y almacenan las transacciones en una red blockchain.
El protocolo de criptomonedas más común es la prueba de trabajo (PoW), que requiere que los mineros resuelvan complejos acertijos matemáticos para validar las transacciones. Este tipo de protocolo lo utilizan Bitcoin y muchas otras criptomonedas populares. Otro protocolo popular es la prueba de participación (PoS), que no requiere mineros, sino que depende de validadores que apuestan sus monedas para verificar bloques y ganar recompensas por hacerlo. Actualmente Ethereum utiliza este tipo de protocolo, aunque planea avanzar hacia un sistema híbrido PoW/PoS en un futuro próximo.
También existen otros protocolos, como la prueba de participación delegada (DPoS) y la tolerancia a fallas bizantinas (BFT). DPoS combina elementos de los sistemas PoW y PoS al permitir que los poseedores de tokens voten sobre los delegados que serán responsables de verificar las transacciones en su nombre. BFT se centra más en algoritmos de consenso que permiten a los nodos dentro de una red llegar a un acuerdo antes de validar cualquier transacción o bloquear cambios.
Finalmente, también existen tecnologías emergentes, como las cadenas laterales, que tienen como objetivo mejorar la escalabilidad y al mismo tiempo mantener la descentralización al permitir a los usuarios realizar transacciones a través de diferentes cadenas de bloques sin tener que esperar a que todos los nodos dentro de esas redes lleguen a un acuerdo antes de confirmar cualquier transacción o cambio en la estructura de datos. múltiples cadenas simultáneamente.
En general, comprender estos distintos tipos de protocolos puede ayudarle a comprender mejor cómo funcionan las diferentes criptomonedas en su interior y a tomar decisiones informadas al invertir o comercializarlas en consecuencia.