Los tokens no fungibles (NFT) son activos digitales que representan un artículo o activo único en su tipo. Existen en la cadena de bloques y proporcionan un registro de propiedad inmutable. A diferencia de las criptomonedas tradicionales, las NFT no son intercambiables: cada token es distinto de todos los demás, lo que los hace “no fungibles” o no pueden intercambiarse por otra cosa de igual valor.
Las NFT se han vuelto populares en los últimos años debido a su capacidad para rastrear la propiedad de elementos digitales como obras de arte, música, objetos coleccionables y elementos de juegos como máscaras o armas. Al proporcionar una forma segura de demostrar la propiedad de este tipo de activos digitales, ofrecen más control y seguridad que los métodos tradicionales, como el envío y recepción de archivos por correo electrónico entre propietarios.
El tipo más común de sistema NFT se basa en el estándar ERC721 de Ethereum, que define los requisitos para crear y administrar tokens no fungibles en la red Ethereum. El estándar ERC721 también especifica cómo los datos asociados con NFT se pueden almacenar de forma segura dentro de la cadena de bloques y al mismo tiempo permiten a los usuarios interactuar directamente con ellos a través de contratos inteligentes (protocolos informáticos que facilitan las transacciones automatizadas).
Además de utilizar el estándar ERC721 de Ethereum, existen otras plataformas que admiten tokens no fungibles, incluido el estándar NEP5 de NEO Blockchain, el protocolo de token no fungible (NFTP) de la plataforma Waves, el protocolo de contraparte y muchos otros. Cada plataforma tiene su propio conjunto de reglas específicas que rigen cómo se pueden crear, administrar e interactuar con NFT, por lo que es importante que los desarrolladores investiguen antes de decidir qué plataforma se adapta mejor a sus necesidades al crear aplicaciones en torno a esta tecnología.
