Autoridad monetaria
Una autoridad monetaria es una organización o entidad responsable del control y emisión de la moneda de una nación. A menudo se le conoce como banco central, aunque algunas naciones tienen múltiples autoridades bancarias con diferentes funciones y responsabilidades. El objetivo principal de una autoridad monetaria es gestionar la oferta monetaria de un país para promover la estabilidad y el crecimiento económicos. Esto se puede lograr fijando tasas de interés, regulando el sistema bancario, emitiendo moneda, controlando la inflación, monitoreando las transacciones internacionales, supervisando los sistemas de pago y administrando las reservas de divisas.
En la mayoría de los países del mundo existe un organismo superior que realiza todas estas funciones, conocido colectivamente como Banco Central o Autoridad Monetaria (AM). Estas AM suelen ser entidades independientes cuya misión principal es garantizar la estabilidad de precios manteniendo la liquidez de los mercados financieros en niveles óptimos y al mismo tiempo fomentando la confianza en sus monedas nacionales. También actúan como prestamistas de último recurso (LOLR) para poder proporcionar apoyo de liquidez en momentos de necesidad, como corridas bancarias o perturbaciones sistémicas en los mercados financieros.
La AM tiene varias herramientas a su disposición, incluidas operaciones de mercado abierto (OMO), medidas de flexibilización cuantitativa (QE), servicios de crédito de ventanilla de descuento y requisitos de reserva, entre otros, que utiliza en coordinación con otras políticas macroeconómicas, como la política fiscal, para lograr los objetivos deseados. resultados como bajas tasas de inflación o tasas de crecimiento económico específicas, etc. Además, las MA también desempeñan un papel importante cuando se trata de mercados de criptomonedas, ya que los regulan en nombre de los gobiernos y los ciudadanos por igual, proporcionando así una supervisión muy necesaria de las actividades de comercio de activos digitales y los intercambios que operan en ellos. proteger la privacidad del usuario y proteger los fondos de los clientes de actores maliciosos que intentarían realizar actividades de robo o fraude que, de otro modo, no se controlarían si no se regularan por completo.
