Recompensa minera
La recompensa minera es una forma de compensación que se otorga a los mineros por verificar y validar transacciones en la cadena de bloques. Por lo general, se paga en forma de criptomoneda, generalmente Bitcoin u otras monedas alternativas. La cantidad de recompensa varía según el protocolo de consenso utilizado por la red y puede ser fija o variable.
Las redes tradicionales de prueba de trabajo (PoW) utilizan un sistema de recompensa de minería fijo que paga una cantidad determinada por bloque encontrado por los mineros. Esto facilita a los mineros calcular el retorno esperado de la minería, ya que saben exactamente cuánto recibirán por cada solución de bloque PoW exitosa. Como ejemplo, Bitcoin actualmente tiene una recompensa por bloque estático de 12,5 BTC por bloque minado, que se reduce a la mitad cada 210.000 bloques (~4 años).
Por el contrario, algunas redes de prueba de participación (PoS) más nuevas utilizan un sistema variable o dinámico en el que las recompensas se basan en ciertos factores, como la antigüedad de la moneda, el tamaño de la apuesta y la duración del período de apuesta, en lugar de ser fijos para todos los usuarios por igual como ocurre con los sistemas PoW. . Este tipo de estructura de recompensa permite una mayor flexibilidad al ajustar los incentivos de los mineros y, al mismo tiempo, ayuda a mantener la inflación bajo control al variar los montos de pago a lo largo del tiempo según las necesidades de la red en lugar de depender únicamente de parámetros predefinidos como ocurre con los sistemas PoW. Además, este modelo a veces puede alentar a los poseedores a largo plazo que tienen participación en el juego a través de su apuesta, algo que no es posible con los modelos PoW tradicionales donde cualquiera puede extraer independientemente de si posee monedas o no.
Sin embargo, en cualquier caso, las recompensas mineras actúan como un mecanismo de incentivo destinado a motivar a las personas a mantener y asegurar redes descentralizadas. Sin estas recompensas, no habría ningún incentivo financiero para que los mineros dediquen potencia informática a resolver complejos acertijos criptográficos asociados con la confirmación de transacciones. Por lo tanto, sin recompensas mineras, muchos proyectos públicos de blockchain podrían fracasar debido a la falta de medidas de seguridad necesarias para protegerse contra actores maliciosos.
