Política de medio ambiente
Las criptomonedas tienen el potencial de ser una fuerza poderosa de impacto ambiental, tanto bueno como malo. A medida que las criptomonedas se vuelven cada vez más populares, es importante considerar sus implicaciones en nuestro entorno natural y cómo podemos reducir los impactos negativos. Este artículo tiene como objetivo proporcionar una descripción general de la política ambiental relacionada con la minería y el uso de criptomonedas para que los usuarios puedan tomar decisiones informadas sobre sus inversiones.
Minería de criptomonedas
El contribuyente más importante al consumo de energía asociado con las criptomonedas proviene de la “minería” o verificación de transacciones en la red blockchain (el libro de contabilidad digital que registra todas las transacciones de Bitcoin). Para extraer un bloque se requiere una potencia informática sustancial que consume grandes cantidades de electricidad, así como componentes de hardware como procesadores, ventiladores de refrigeración, unidades de almacenamiento, etc., que a menudo están compuestos de materiales que pueden haber sido extraídos ellos mismos, como metales de tierras raras. Por lo tanto, existen dos fuentes principales de contaminación asociadas con la criptominería: la contaminación del aire causada por la quema de combustibles fósiles utilizados para impulsar a los mineros; Contaminación del agua resultante de partes de computadoras desechadas que contienen químicos peligrosos que se filtran en el suelo o en cuencas hidrográficas cercanas a donde fueron eliminadas inadecuadamente. Además, debido al alto costo de la electricidad involucrada en la minería, muchas operaciones ocurren fuera de jurisdicciones reguladas, lo que lleva a estas actividades aún más lejos de la supervisión que prácticas corporativas típicas, lo que los convierte en candidatos más propensos a sufrir violaciones de derechos humanos, incluida la explotación laboral infantil.
Energía renovable
Una forma de combatir el cambio climático creado por las emisiones que surgen de la actividad de las criptomonedas es mediante la inversión en recursos de energía renovables, como paneles solares o turbinas eólicas, en lugar de depender exclusivamente de redes eléctricas tradicionales alimentadas en gran medida por energías no renovables, como las plantas de carbón. Algunas empresas con visión de futuro ya han comenzado a implementar soluciones ecológicas que no sólo reducen su propia huella de carbono sino que también brindan acceso a energía limpia y confiable a escala a otras comunidades en todo el mundo que de otro modo carecerían por completo de acceso. Además, esta tecnología podría desbloquear nuevas oportunidades para las microrredes, permitiendo la generación distribuida en áreas localizadas más pequeñas, promoviendo una adopción más amplia de energías renovables en todos los ámbitos y al mismo tiempo aumentando la resiliencia de las redes de redes en tiempos de crisis cuando las cadenas de suministro se interrumpen.
Regulación y prácticas sostenibles
Está claro que las regulaciones estatales actuales con respecto a la sostenibilidad deben actualizarse si el mundo avanza hacia la aceptación generalizada de las criptomonedas; sin embargo, las iniciativas del sector privado también desempeñan un papel clave al incentivar una mayor conciencia y un comportamiento responsable entre los participantes del ecosistema por igual. Las empresas deben esforzarse en crear códigos, políticas de conducta en torno a los procesos de producción de abastecimiento ético, garantizar el cumplimiento de los estándares, salarios justos, seguridad laboral, calidad del producto, preocupaciones sobre la justicia social... etc. Estos esfuerzos permiten a los consumidores transparencia en lo que sucede detrás de escena, crear monedas, tokens que usan todos los días, promover la conciencia de la base de usuarios, en última instancia, dirigir la industria. Dirección mejor para todos los interesados.
