El Salvador es un país centroamericano ubicado en el hemisferio occidental y limita con Guatemala, Honduras y el Océano Pacífico. Se ha convertido en un actor importante en el mercado mundial de criptomonedas, ya que recientemente se convirtió en la primera nación en reconocer Bitcoin como moneda de curso legal.
El gobierno del país aprobó una legislación que declaró a Bitcoin una “moneda legal” el 9 de junio de 2021 y eliminó cualquier impuesto o tarifa asociada con su uso. Esto ha llevado a que muchas empresas en El Salvador comiencen a aceptar pagos utilizando criptomonedas como Ethereum, Litecoin, Dogecoin y Binance Coin (BNB). La medida también fue vista como un esfuerzo para reducir los niveles de pobreza dentro de El Salvador debido a los altos costos de las remesas de los ciudadanos que trabajan en el extranjero y envían dinero a casa a través de los sistemas bancarios tradicionales.
Además, esta nueva ley no sólo hizo que Bitcoin fuera más accesible para los salvadoreños, sino que también abrió oportunidades para las empresas basadas en blockchain que buscan lanzar proyectos dentro de las fronteras de El Salvador. A través de esta iniciativa, estas empresas ahora pueden beneficiarse de ciertos incentivos fiscales que podrían impulsar aún más la innovación en torno a los casos de uso de la tecnología de contabilidad distribuida (DLT) dentro de las industrias de servicios financieros, como las plataformas de comercio de activos digitales y las aplicaciones financieras descentralizadas (DeFi).
Finalmente, aunque aún es temprano en lo que respecta a la adopción masiva de estas tecnologías en la vida cotidiana –especialmente en países como El Salvador– no se debe pasar por alto su potencial; Presentan oportunidades únicas que antes eran difíciles, si no imposibles, gracias a las soluciones de infraestructura de pagos existentes disponibles en la actualidad.
