COVID-19 y las criptomonedas
La pandemia de COVID-19 ha tenido efectos drásticos en la economía global, con los mercados financieros cayendo a mínimos históricos y las empresas cerrando sus puertas para reducir su exposición. En respuesta, los gobiernos de todo el mundo han tomado medidas sin precedentes, como ofrecer paquetes de estímulo y crear nuevos programas de oferta monetaria. Esto ha llevado a algunos inversores a recurrir a las criptomonedas en busca de estabilidad en tiempos turbulentos.
Como activo digital descentralizado, la criptomoneda puede proporcionar a los usuarios una forma alternativa de pago o inversión que no está sujeta a las regulaciones económicas tradicionales ni a las restricciones impuestas por los bancos centrales. Si bien no puede igualar el nivel de seguridad que ofrecen las monedas gubernamentales respaldadas por reservas de oro, su naturaleza descentralizada la hace accesible independientemente de la ubicación geográfica o la situación política, lo que la hace atractiva para personas que desconfían de la volatilidad del mercado causada por eventos como el COVID-19. .
Por un lado, muchos comerciantes ven las criptomonedas como un refugio seguro frente a condiciones macroeconómicas impredecibles debido a su inherente falta de regulación, lo que podría resultar beneficioso si otra recesión se vislumbrara sobre nuestras cabezas. Además, algunos creen que la creciente popularidad de Bitcoin entre los inversores institucionales puede verse como un indicador de futuros aumentos de precios en medio de la actual agitación del mercado; mientras que otros sugieren que esta nueva atención hará que los precios bajen aún más debido a la mayor competencia entre diferentes altcoins que compiten por el capital de los inversores.
Sin embargo, al invertir en criptomonedas, al igual que en cualquier otra clase de activos, existen riesgos: a saber, la volatilidad extrema de los precios (que puede provocar subidas y bajadas) impulsada en gran medida por la especulación más que por los fundamentos; posible fraude/infraestructura mediocre asociada con ciertos intercambios; incertidumbre regulatoria en torno a las leyes de moneda virtual en todas las jurisdicciones; y dificultad para rastrear las fuentes y destinos utilizados en las transacciones que se llevan a cabo utilizando estos activos digitales. Por lo tanto, aquellos interesados en operar con criptomonedas deben proceder con cautela en todos los caminos antes de decidir si desearían invertir en esta área. Una forma en que las personas pueden hacerlo es investigando a fondo varios proyectos antes de seleccionar en qué monedas/tokens quieren invertir: leyendo documentos técnicos, observando a los miembros del equipo detrás de ellos y observando qué tan activa es la comunidad de cada moneda en línea a través de foros/redes sociales, etc. Por último, pero lo más importante: ¡no inviertas todos los ahorros de tu vida en un solo proyecto criptográfico!
