El contrato por diferencia (CFD) es un tipo de instrumento financiero que permite a los inversores especular sobre los movimientos de precios de un activo subyacente, como una criptomoneda. A diferencia de las inversiones tradicionales, los CFD no implican tomar propiedad del activo en sí; en cambio, los comerciantes celebran acuerdos entre sí para intercambiar la diferencia de valor entre dos precios en una fecha posterior. Esto significa que el comercio de CFD brinda acceso a posiciones apalancadas y permite a los operadores aprovechar los mercados tanto alcistas como bajistas.
En esencia, los CFD son contratos entre dos partes (generalmente denominados comprador y vendedor) en los que una de las partes acuerda pagar a la otra cualquier aumento o disminución en el precio de un activo subyacente durante un período predeterminado. El comprador paga al vendedor en función de su acuerdo cuando celebra un contrato; esto se conoce como “ir en largo” si espera un aumento en el precio o “ir en corto” si espera que baje.
Al operar con criptomonedas con CFD, los inversores pueden utilizar el apalancamiento, que amplifica las ganancias pero también aumenta el riesgo porque las pérdidas también se verán amplificadas por los requisitos de margen establecidos por los corredores que ofrecen estos instrumentos. El apalancamiento se expresa como una proporción (por ejemplo, 1:10 o 2:1), que indica cuánto capital debe invertirse en relación con su tamaño de exposición al abrir posiciones en activos digitales a través de productos derivados como este. Como tal, asegúrese siempre de comprender las políticas de apalancamiento de su corredor antes de realizar cualquier operación, ya que proporciones más altas equivalen a un mayor riesgo y una recompensa potencial por igual.
En última instancia, los CFD permiten a los operadores de todos los niveles (desde principiantes que prueban su primera operación hasta profesionales que buscan grandes rendimientos) acceder a mercados de alta liquidez sin tener la propiedad directa de las criptomonedas, debido en gran parte a la alta volatilidad asociada con ellas. Además, los comerciantes tienen más flexibilidad al comprar y vender diferentes tipos de criptoactivos utilizando estos instrumentos que la que tendrían si invirtieran directamente a través de intercambios, ya que no hay necesidad de administrar la billetera de ninguna manera.
