Los riesgos climáticos son una preocupación importante y creciente para el mercado de las criptomonedas. A medida que aumentan las temperaturas globales, los desastres naturales y otros eventos ambientales se vuelven más frecuentes, lo que plantea amenazas importantes tanto para las inversiones de los inversores en monedas digitales como para el ecosistema criptográfico en general. Los poseedores de criptomonedas deben ser conscientes de estos posibles problemas relacionados con el clima para poder tomar medidas para proteger sus activos de cualquier riesgo asociado.
El problema más obvio relacionado con la temperatura es que el calor o el frío extremos pueden dañar el hardware utilizado para almacenar criptomonedas, como billeteras y casas de cambio. Por ejemplo, si el equipo de un minero se sobrecalienta debido a un clima inusualmente cálido o se produce un corte de energía inesperado durante el invierno, cuando las temperaturas caen por debajo de los niveles de congelación, podría causar un daño irreparable que conduciría no solo a pérdidas financieras sino también a la interrupción de los servicios y operaciones dentro de la propia red blockchain. – algo que tendría implicaciones importantes para todos los participantes involucrados con dicha moneda/red. Además, la exposición prolongada de los dispositivos que se dejan funcionando las 24 horas del día en condiciones de aire ambiente elevado (más de 30 °C) reducirá significativamente su vida útil, lo que provocará reparaciones costosas o la necesidad de piezas de repuesto y, al mismo tiempo, provocará tiempo de inactividad en los sistemas de los usuarios, lo que reducirá la rentabilidad de las actividades mineras. etc…
El cambio climático también puede influir en los precios de ciertas monedas sobre otras, al hacer que su proceso sea más fácil (o más difícil) para los mineros, dependiendo de si el aumento de las temperaturas hace que las plataformas funcionen mejor o peor de lo esperado; Este fenómeno se ha observado recientemente con Bitcoin Cash, donde se observaron tiempos de bloqueo más rápidos gracias en gran parte a que las condiciones "más cálidas" mejoraron las velocidades de procesamiento en comparación con aquellos que usan hardware en climas más fríos, destacando un ejemplo en el que el entorno cambiante afecta el rendimiento y afecta directamente la rentabilidad que alguien podría elegir invertir. /intercambiar ciertas monedas frente a otras.
Finalmente, siempre existe una amenaza que representan las regulaciones gubernamentales que entran en juego con respecto a los estándares de emisiones establecidos a nivel nacional, por ejemplo, la Agencia de Protección Ambiental de EE. UU., que hace cumplir las reglas sobre los límites de consumo de energía impuestos a los centros de datos encargados de alimentar las redes que soportan varias criptomonedas, lo que significa que las empresas deben cumplir con pautas estrictas, de lo contrario se enfrentarán. sanciones en consecuencia: otro factor más que contribuye a la base de costos general relacionada específicamente con el almacenamiento/comercio de activos digitales y, por lo tanto, influye en las capacidades de toma de decisiones a largo plazo entre los comerciantes que desean seguir cumpliendo plenamente mientras aprovechan las oportunidades que se presentan con cada nuevo lanzamiento de moneda, etc.
En conclusión, aunque algunas preocupaciones planteadas aquí parecen de escala relativamente pequeña en comparación con la magnitud del panorama más amplio al que se enfrenta el mundo en este momento, todavía vale la pena señalar la importancia de estar atento al invertir cualquier tipo de clase de activo, especialmente teniendo en cuenta la situación actual a nivel mundial.
