Moneda común de los BRICS
La moneda común BRICS es una iniciativa propuesta por los líderes de Brasil, Rusia, India y China para crear un sistema de pagos unificado entre sus países. Esto les permitiría realizar pagos en las monedas de los demás sin tener que utilizar casas de cambio internacionales ni ningún otro intermediario externo. La idea surgió por primera vez en una reunión entre los cinco miembros de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) en 2014.
Ventajas de una moneda común de los BRICS
Una moneda común entre los países que forman parte de los Brics permite una mayor actividad comercial entre estas naciones, así como una mayor integración económica. Además, brinda a los estados miembros acceso a tipos de cambio más competitivos que los que ofrecen los servicios tradicionales de cambio de divisas, como bancos o corredores, que pueden resultar costosos debido a las comisiones que se cobran por las transacciones. Además, esto podría ayudar a reducir los niveles de inflación en las economías participantes, ya que ya no habrá discrepancias en los precios causadas por diferentes fluctuaciones del tipo de cambio para las monedas fiduciarias individuales de cada país utilizadas al comerciar entre sí, lo que permitirá que los precios de los bienes y servicios de una nación se mantengan consistentes. independientemente de si se compran a nivel nacional o internacional dentro de los países BRIC.
Desventajas de una moneda común de los BRICS A pesar de las ventajas potenciales mencionadas anteriormente, implementar un proyecto de este tipo también conlleva ciertos riesgos: en primer lugar, al tiempo que crea condiciones más favorables para las actividades comerciales internas entre los miembros; también abre brechas de oportunidades entre países no participantes que pueden verse incapaces de competir de manera justa contra jugadores establecidos que utilizan mejores sistemas de recursos/monedas disponibles exclusivamente dentro del bloque Brics; En segundo lugar, establecer y mantener la estabilidad monetaria necesaria para un buen funcionamiento podría resultar difícil considerando la diversidad existente entre las políticas fiscales actuales seguidas por los respectivos gobiernos involucrados. Por último, pero no menos importante, la introducción de un nuevo tipo de instrumento financiero conlleva un riesgo asociado a la inestabilidad inherente de las criptomonedas vinculadas que deben abordarse antes de su adopción.
