Moneda digital gubernamental
La moneda digital gubernamental es un tipo de moneda digital emitida por un gobierno y aceptada como moneda de curso legal dentro de su jurisdicción. Esta forma de dinero digital se puede utilizar para diversas transacciones financieras, como pagar impuestos o comprar bienes y servicios. Por lo general, está respaldado por el banco central del gobierno, lo que proporciona estabilidad al valor de la moneda. Las monedas digitales gubernamentales se diferencian de otras formas de criptomonedas en que no están descentralizadas y no dependen de la tecnología blockchain. En cambio, estas monedas están centralizadas y administradas directamente por el banco central o el departamento del tesoro de un país.
El concepto de monedas digitales respaldadas por el gobierno existe desde principios de la década de 2000, pero recién recientemente comenzó a ganar fuerza debido a los cambios en la tecnología, las tendencias económicas y eventos globales como la pandemia de COVID-19. En los últimos años, numerosos países han anunciado planes para sus propias versiones nacionales de criptomonedas emitidas por el estado, incluidos China (Digital Yuan), Rusia (CryptoRuble), Venezuela (Petro) y, más recientemente, India (Lakshmi).
Sus defensores argumentan que la emisión de una criptomoneda respaldada por el gobierno podría ayudar a facilitar el acceso de los ciudadanos a los servicios financieros y al mismo tiempo reducir los costos asociados con las tarifas bancarias tradicionales; aumentar la transparencia en las decisiones de política monetaria; reducir las presiones inflacionarias; mejorar los pagos transfronterizos; proporcionar mayor seguridad contra ataques de delitos cibernéticos; aumentar la eficiencia en la recaudación de impuestos; y crear nuevas oportunidades para acuerdos comerciales internacionales entre países que utilizan formas similares de dinero digital. Por otro lado, los críticos señalan que los gobiernos podrían utilizar esta tecnología para monitorear más de cerca las actividades de los ciudadanos o ampliar su control sobre cómo los individuos gastan su dinero si no se implementan regulaciones adecuadas de antemano.
Al igual que con cualquier nueva forma de financiación, es probable que existan riesgos y recompensas asociados con las criptomonedas emitidas por el gobierno dependiendo de cómo se implementen dentro del sistema legal existente de cada país. Queda por ver qué impacto tendrán en última instancia estas nuevas tecnologías en nuestras sociedades, pero una cosa es segura: ¡el futuro parece cada vez más amigable con las criptomonedas!
